Un buen día del mes Abril, Viernes por más señas, decidimos dar un paseito por las calles medievales y moriscas de la ciudad. No era complicado: Sólo teníamos que seguir el itinerario que nos marcaba la antigua muralla. Esta muralla, de la cual sospechamos que aún quedan lienzos incrustados en los muros de algunas viviendas, recorren las Calles de San Blas, Pintor Iniesta, Callejón de la hoz y Calle de la Iglesia, para girar luego hacia el sur por Calle de la Esperanza. Fue levantada aquella muralla a finales del siglo XIV, tal vez para controlar el acceso de población ¿por mideo quizás a la peste que asolaba Europa? Resulta entusiasmador que aún se conserven pequeños fragmentos. Pero lo interesante es que se conserva en el trazado de las calles; calles típicamente medievales: estrechitas, curvadas y sinuosas.
Llegamos a sospechar que algunos espacios retranqueados en las calles, que algunas portadas que aún se conservan, podrían indicarnos dónde estuvieron las puertas de esa muralla, las puertas de acceso a la población calatrava de Manzanares, donde se cobraba el portazgo, donde controlar el paso de posibles apestados. Arriba posáis en una de esas, que pudo ser importante puerta de acceso desde el Sur.
El Callejón de la hoz debe su nombre a su curisosa forma de hoz. En el siglo XIX sabemos que todas las calles que siguen el trazado de la muralla llevaban este nombre.
Las callecitas se ensanchan a veces para dar cabida a los carros, pues tenían que girar para entrar en los patios de las casas. Para evitar que los carruajes destrozaran con sus ejes y ruedas las fachadas se colocaban piedras bajas en las jambas. Como la de abajo. ¿Pudo ser antaño este hueco una puerta de acceso a la localidad?
El callejón de la hoz desemboca en la Calle de la Iglesia. Es posible que la muralla aprovechara los muros de la iglesia a modo de continuación. O mejor, al revés: es posible que la iglesia en su cara norte aprovechase la muralla para afirmarse. La vieja torre de la iglesa, que parece una torrecica barbacana, asoma a la calle de la iglesia, y al callejón de la hoz por igual. En este tramo es posible que llegara a existir una puerta de acceso a la plaza.
Una curiosidad es la de abajo: LA CALLE DE ZACATÍN. Está extramuros, es decir, fuera de la muralla, y debe de señalar el barrio en el que vivieron los moriscos que, deportados de Granada se establecieron en los pueblos de La Mancha. Las labores y oficios de estas gentes, además del comercio de trapos (Zacatín quiere decir algo así como "mercado de trapos"; exite una calle de Zacatín en Granada), era la agricultura, en especial la horticultura. El río Azuer quedaba cerca y con su agua, los moriscos regaban las huertas que pruducían "habichuelillas", berenjenas o habas. Tal vez la tradición de comer habas con bacalao (tradición por cierto que viene a menos) sea tradición morisca. ¿No deberíamos recuperarla?
Calle Zacatín. La calle de Zacatín desemboca en la Plaza de Santa Cruz. ¿Una antigua plaza? ¿Una plaza dividida por el trazado de la muralla? ¿Un cementerio? ¿el lugar de mercado más antiguo? ¿El mercado morisco? ¿Por qué el nombte de "Santa Cruz"?. El caso es que el trazado de la plaza es raro, muy raro y parece dar cobijo a dos espacios abiertos, distintos, a dos placitas: ¿Qué es en verdad la enigmática plaza de Santa Cruz?
¿No os produce lástima que estos riconcitos de nuestra localidad puedan perderse?